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PRIMERA PARTE: CAPÍTULO DOCE

Por un segundo, la noche tomó una breve pausa. Las hojas de los árboles parecían detener su lento baile, la brisa se escondió. Aunque la luna seguía brillante, su presencia empeoraba la situación en el suelo. No había escapatoria de la terrible cosa que acababa de suceder.

Y definitivamente no habí...