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11. La reina está hospitalizada.

Sarah contempló el ramo grande y hermoso. Adah se acercó vacilante hacia ella, poniendo su mano en su hombro y preguntando: —¿Cómo estás, Sarah? Sarah la miró con ojos cansados y hinchados. Adah sabía que había llorado mucho la noche anterior, ya que sus ojos lo decían todo.

—Viva —dijo con voz ronc...