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CAPÍTULO CUARENTA Y TRES

Agni:

Llamé a Jwala y le pedí que regresara. Pero de repente escuché un gran estruendo y luego su móvil no tenía cobertura. Me sentí inquieto. ¿Está a salvo? Dios, no debería haber levantado la mano contra ella. Estaba enojado porque habló sobre la muerte del bebé. Mi enojo es mi enemigo.

Salí en ...