Prólogo
"¡SAL DE MI MALDITA CASA!" Benjamin entró gritando.
"¿Cariño, qué pasa?" pregunté, pero él simplemente comenzó a reír, siempre bromeaba diciéndole cariño. Pero hoy está tan diferente.
"¡TE DIJE QUE TE FUERAS DE UNA VEZ!" gritó de nuevo, mirándome fijamente.
"Por favor, Benjamin, no me hagas daño." No pude evitar recordar mi pasado cuando mi padrastro me maltrataba.
"¡SAL DE MI CASA, SOFÍA!" dijo dando un paso amenazante y agarrando mi mano.
"¿Qué te hice?" preguntó, haciendo una pausa por un minuto. "Lo dejé todo por ti."
"Nada, te lo juro, Ben." Estaba tan sorprendida. ¿Qué hice para que me lastimara así? "Por favor, cálmate." Le supliqué y empecé a llorar aún más fuerte y más alto.
"Actuando como si no hubieras hecho nada cuando fuiste a bailar para mis amigos." Hizo una larga pausa, y justo cuando iba a explicarme, me interrumpió. "¡ERES UNA MALDITA INFIEL! ¡ME ENGAÑASTE!" Dijo peligrosamente, sus ojos se volvieron negros.