Capítulo 4.
"Empaca tus cosas, nos vamos", dice, irrumpiendo y empujándome a un lado en el proceso.
"No entiendo...", digo.
"No hay nada que entender, vas a volver a la casa", dice, echando un vistazo rápido a mi habitación antes de volverse hacia mí.
Le doy la espalda, cierro la puerta y casi apoyo mi cabeza en ella, preparándome para esta conversación.
"No", murmuro contra la puerta.
"¿Qué?" pregunta él.
Dándome la vuelta para enfrentarlo, con ambas manos detrás de mi espalda contra la puerta.
"No... dije que no", esta es realmente la primera vez que me atrevo a decirle que no.
"¿Por qué no?" pregunta él.
"Pensé que me lo dirías cuando quisieras seguir adelante", digo, en lugar de responder a la pregunta.
El silencio es todo lo que hay después de que digo esto. Respiro hondo cuando, con zancadas largas, está justo frente a mí. Ambas manos a cada lado de mi cabeza.
Mi corazón golpea contra mi pecho por la cercanía. "Si quieres hablar, bien, hablemos".
Mirando su rostro, todo lo que veo es su expresión seria con ojos decididos.
"Conocí a alguien".
"Lo sé", digo, reconociéndolo con los ojos bajando al suelo.
"Pero no es la que viste en la televisión", mi cabeza se levanta ante eso, frunciendo el ceño confundida.
"Pero-"
"Debes entender, Akiandra... hay una diferencia entre las noticias y los chismes", ignoro las sensaciones al escuchar mi nombre salir de su boca.
"Así que no es ella", pregunto para aclarar.
Él niega con la cabeza. "Entonces, ¿quién-"
"Ahora que eso está aclarado, ¿vamos?" Levanta una ceja en señal de pregunta.
Moviendo de debajo de su brazo, me siento en la cama.
"Akiandra", me llama, pero no respondo, evitando por completo el contacto visual y metiéndome en la cama.
"Akiandra, te estoy hablando", dice, elevando un poco la voz.
Mirándolo ahora, suspiro en voz alta. "Me gustaría pasar la noche aquí... volveré mañana... no que te des cuenta o te importe", murmuro la última parte.
"No entiendo qué diferencia podría ha-"
"Significará que puedo empezar a prepararme para-" me interrumpo, sintiendo un nudo en la garganta.
Oh Dios, no puede verme así.
"Permiso". Salgo de la cama y me apresuro al baño, encerrándome. Apoyándome contra la puerta, empiezo a contar mentalmente, tomando respiraciones lentas y haciendo todo lo posible para no llorar, porque una vez que empiece, puede que no sepa cómo parar.
Esto es más difícil de lo que pensaba, pero era inevitable, solo que no creí que estaría aquí para presenciarlo o escucharlo, realmente creí que ya me habría ido. Con los dos años, mi corazón se abrió de par en par para él y ahora aquí estamos, su corazón ha buscado y puede que haya encontrado a otro, mientras el mío ha estado esperando en la línea lateral, con la esperanza de conquistarlo.
"Fui yo quien le dijo que me dijera cuando encontrara a la indicada, ¿recuerdas?", mi conciencia me dice, recordándome mis palabras exactas hacia él.
Suspirando en voz alta, me alejo de la puerta y entro más en el baño. Un chapoteo de agua en mi rostro y una mirada al espejo después, me doy un pequeño discurso mental y con eso salgo del baño.
Me detengo en seco al ver a Keith junto a la puerta, en conversación con alguien al otro lado. Pronto termina y se gira hacia mí, con una pizza en la mano.
"Oh, la pizza", digo, apresurándome a sacar el dinero.
"Ya está cubierto", dice, deteniendo mis movimientos.
Volviéndome hacia él con el dinero en la mano, noto que se ha quitado la chaqueta del traje. "Oh... bueno, gracias", digo, entregándole el dinero que le debo.
Él niega con la cabeza, moviéndose para colocar la caja en la mesita de noche.
"Te debo, por favor, tómalo".
"No me debes nada... ahora quédate con el dinero", dice, con un tono final en su voz.
Sin querer discutir, guardo el dinero y me meto en la cama, llevándome la pizza en el proceso. Justo cuando estoy a punto de relajarme y ver la televisión, noto a Keith moviéndose por el rabillo del ojo. Finalmente mirándolo, frunzo el ceño al verlo quitarse los zapatos y luego estar a punto de quitarse la corbata.
"¿Qué estás haciendo?" pregunto, con los ojos muy abiertos, entrando en pánico al pensar que se está desnudando delante de mí.
Ignorándome, continúa con sus movimientos hasta que se queda solo con una camisa y pantalones. Me sorprende cuando se dirige hacia la cama. "Um, Keith-"
"Diez minutos, me iré... ahora déjame relajarme, ¿quieres?" dice, recostándose en las cobijas y tomando el control remoto, pasando rápidamente por los canales.
"La pizza", agrega, abriendo la caja de pizza y tomando una rebanada antes de seguir con lo que sea que estuviera haciendo.
Estoy demasiado sorprendida para decir algo más o hacer algo en este momento. Sacudiendo un poco la cabeza y finalmente escuchando a mi estómago, empiezo a comer.
Más vale unirme y tomar su palabra, quiero decir, solo será por diez minutos...
Despertando de golpe, lo primero que noto es el final de la película, lo segundo es que Keith, quien me había dicho que se iría en diez minutos, está profundamente dormido, luciendo joven y soñador.
Dios, ¿en qué estoy pensando?
Sacudiendo la cabeza, me levanto de la cama, recojo la basura en la bolsa de plástico y la coloco en el cubo junto a la puerta. Al volver la vista hacia él, me pesa la culpa de que haya tenido que venir todo este camino justo después del trabajo. Debe estar realmente exhausto.
Sin querer molestarlo, acomodo sus piernas bajo las cobijas e intento que esté cómodo antes de tomar una almohada y una manta extra que encontré en la habitación, creando un área de descanso agradable para mí.
Después de cepillarme los dientes y descansar, entro en el mundo de los sueños, una pequeña sonrisa decorando mi rostro. Con la realidad de que estamos en el mismo espacio por más de 15 minutos, y más aún, compartiendo la misma habitación.
"Demasiado terca", creo escuchar en mi sueño, al igual que sentir que floto en el aire antes de aterrizar en algo suave. El aroma de Keith me rodea y me brinda una sensación de confort, me sumerjo en la suavidad, disfrutando de uno de los sueños más tranquilos que he tenido en mucho tiempo.