Capítulo 3.
Sé que no debería haberlo hecho, pero en ese momento era lo único en mi mente, con esas noticias, teniendo que escucharlo en un programa de televisión en vivo y luego de mi propio esposo.
En este momento, mientras hablo, estoy caminando de un lado a otro nerviosamente en un motel. Esperando que él no aparezca o esté lo suficientemente distraído como para no notarme, aunque en realidad no lo hace.
Solo necesitaba alejarme de allí y tomar un poco de aire fresco, aunque sea por la noche. Fui bastante cuidadosa al respecto, le dije a Joe que me registraría en un hotel, lo vi irse y justo después, llamé a un taxi y reservé una habitación en un motel, a nombre de mi madre, sin querer exponer que Keith está casado, al igual que yo.
Finalmente, sentándome en la suave cama, suspiro en voz alta y miro alrededor de la habitación por primera vez desde que llegué, porque estaba demasiado metida en mis pensamientos para ver mucho. Ahora que estoy aquí, realmente aprecio lo que veo, la habitación está limpia (gracias a Dios), con una temática de blanco crema y marrón suave, agradable y terrenal. El silencio ni siquiera me molesta, con mi nuevo entorno, me encuentro relajándome y deseando absorber la atmósfera.
Para no ahogarme en mis pensamientos, principalmente sobre Keith, me levanto, decidiendo tomar una ducha agradable, larga y merecida. Quiero enfocarme en mí en este momento y prepararme para mañana, qué le diré cuando lo vea y cuando me hable de su amiga. Las noticias podrían haberse revelado tan temprano antes de que Keith me lo dijera, pero quiero escucharlo de él mismo, necesito sentir que verdaderamente su corazón ha sido conquistado por otra, como temía.
Durante 2 años he guardado mis sentimientos para mí misma. Durante 2 años este corazón mío ha latido por él mientras el suyo, solo latía por él mismo. Durante 2 años lo he llamado pero nunca me escuchó y ahora, 2 años después. Unos meses más tarde y ahora ha abierto una puerta, para otra.
El agua corriendo por mi cuerpo me lleva de vuelta al principio. Una joven de 19 años, graduada de la escuela secundaria que, un año después de lamentar la muerte de su madre, trabajaba en dos empleos. El centro de cuidado infantil durante el día y camarera y limpiadora en un gran hotel justo después. A menudo era agotador, pero aún así resistí. Justo después de la escuela secundaria, conseguí un lugar para alquilar con el dinero que había ahorrado, trabajando a tiempo parcial en el restaurante de la amiga de mi tía y aceptando trabajos temporales durante el verano. Supongo que la enfermedad de mi madre despertó mi independencia y no hubo un día en el que no estuviera trabajando.
Me propuse ayudar a mi mamá de cualquier manera que pudiera, aunque recibimos mucha ayuda de familiares y amigos. De todos modos, después del fallecimiento de mi madre, supongo que tomé un rumbo diferente cuando entró Keith Salvatore, el dueño del mismo hotel en el que trabajaba. Vi a la gente temblar al verlo y al personal querer complacerlo de cualquier manera posible. Estaba bien trabajando fuera de la vista y observando desde lejos, pero todo cambió cuando un día se sentó en mi mesa. Después de un servicio, su visita de vez en cuando era directamente en mi mesa hasta que un día se acercó con una propuesta que cambiaría mi vida por completo.
Me dijo directamente que cree que soy la persona adecuada para ser su esposa durante 6 meses, durante el difícil momento de su familia. Su madre, que solo tenía 6 meses de vida, había anunciado sus últimos deseos, uno de ellos era estar presente en la boda de su único hijo. Una solicitud simple y un deseo para su hijo, uno que Keith pretendía cumplir aunque el matrimonio nunca estuvo en sus planes.
Me habían dicho que todo lo que necesitaba hacer era aparecer donde estaba su madre, mantenerla feliz, mantenerme fuera de su camino y ser una ama de casa durante 6 meses. Su madre, la Sra. Anna Salvatore, era una señora encantadora, era más fácil conectar con ella y me brindaba ese amor maternal que anhelaba después del fallecimiento de mi madre. Cuando falleció, Keith lo sintió mucho, aunque parecía bien frente a todos, una vez que estaba solo, perdía el control. Se refugiaba en la bebida, desaparecía a veces y se encerraba en su oficina. Intenté ayudarlo, deshaciéndome del alcohol, trayéndolo a casa borracho de un pub, cuidándolo de la mejor manera posible, hasta ahora... donde la extraña pero ha vuelto a ser él mismo.
En mi ayuda, no había sido fácil debido a que a veces me insultaba delante del personal cuando estaba bajo la influencia, tratando de hacerme sentir su dolor con sus palabras, pero aun así, seguía resistiendo...
Sacudiendo los pensamientos profundos de mi mente, salgo de la ducha y me preparo para la noche. Una vez en la cama, saco todas las golosinas que me había comprado, DVD que había alquilado y espero la pizza que había pedido. En el camino aquí, pensé por qué no gastar un poco en mí misma, tratarme en mi noche fuera. Como había dicho antes que Keith me provee, me había dicho que cada vez que necesitara dinero para usar, le dijera. Pero como nunca lo hice realmente para mí misma sino para cosas como comestibles y necesidades de la casa, él simplemente depositaba dinero en mi cuenta, por cierto, es mucho.
Siguiendo el consejo de mi madre sobre cómo manejar el dinero, siempre tomaba el 10 por ciento de cada ganancia que tenía antes de conocer a Keith, daba el diezmo y la ofrenda a la iglesia, tomaba la mitad de cada depósito que recibía de Keith, lo colocaba en otra cuenta privada por motivos de seguridad. Para mis propias necesidades, uso las ganancias que obtengo haciendo encuestas, artículos de viaje en línea y cosas por el estilo.
Así que tener que gastar mi propio dinero se siente bien. El golpeteo en la puerta detiene mis movimientos de cambiar de canal.
¡Debe ser la pizza!
Con dinero en mano, me dirijo hacia la puerta, lista para pagar y volver a una noche planeada, solo para que todo se vaya por la ventana, justo cuando abro la puerta. Me encuentro cara a cara con una expresión en blanco...
"¿Keith?" digo, con los ojos muy abiertos de sorpresa.