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Confesiones de un asesino y ex prostituto

No tengo la velocidad de reacción ni la fuerza para liberarme del abrazo mortal actual de Kate, pero Julian le tapó la boca antes de que pudiera clavar sus colmillos en mi yugular. Él la arrastra de mi regazo, sujetándola contra la pared lejana, pero ella sigue chupando felizmente en su palma, con l...