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CAPÍTULO SETENTA

Alex.

Los chicos se van con Elisabeth y yo me quedo en la sala de espera del hospital. Me duele mucho la espalda por estar sentado en esa maldita silla, algunas mujeres pasan junto a mí y me miran con deseo. Bueno, si no estuviera comprometido, me encantarían esas miradas. Sin embargo, hay momentos...