Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO SESENTA» SEIS

Thomas.

Tan pronto como los chicos lo cuelgan, me acerco a él.

—¿No vas a decir nada? —Sonrío ante su actitud—. Está bien para mí.

Respiro hondo y golpeo con el bate sus costillas, haciéndolo gritar de dolor. El palo se queda atascado en la carne y lo saco con fuerza. Grita aún más.

—¡Ahhhhhh!

...