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CAPÍTULO SESENTA «CUATRO»

Elisabeth.

Pronto un camarero se acerca a nosotros, es muy guapo, no lo niego, pero prefiero mil veces a mis hombres estúpidos y posesivos.

—Buenas tardes, señores y señorita, ¿qué van a ordenar?

Me siento aliviada al verlo hablar en inglés.

—Queremos la comida más cara del menú.

Abro los ojos ...