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CAPÍTULO SESENTA» UNO

Elisabeth.

Camino por la habitación, dirigiéndome directamente al baño. Al entrar, mis ojos van directamente al reflejo en el espejo, porque el chupetón que me dio Dylan es más que obvio. Estos hombres son puro fuego, si los dejo, me follan todo el día, son insaciables.

Sacudo la cabeza y me meto ...