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Capítulo 100 Estamos destinados a ser

Esos fueron los únicos dos a los que Adeline no golpeó.

Carlos se estremeció ante sus palabras. ¿Cómo sabía ella que lo hizo por ellos?

El tono de Adeline era casual. —De todas formas, tomas trabajos, ya sea el mío o el de alguien más. ¿Por qué no trabajar para mí? Al menos es legal.

Carlos había...