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Capítulo 385 No tiene derecho a sentir lástima por ella

—Margaret, soy yo. —La profunda voz cortó el viento helado.

Margaret escuchó la voz y lentamente abrió los ojos. Cuando su visión se aclaró, vio al hombre que la había abrazado. Llevaba una gorra de béisbol negra, un abrigo verde y jeans, dando una sensación casual y deportiva.

Era Daniel, no él.

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