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Capítulo 339: Increíblemente maravilloso

Desde que Raymond entró, sus ojos habían estado pegados a Margaret.

Ella aún llevaba esa misma bata de hospital suelta.

Tal vez era porque había adelgazado tanto, la bata simplemente colgaba de ella.

Él había estado fuera unos días.

Su tez había empeorado, completamente desprovista de color.

Pa...