Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 323 La mano envuelta en una gasa le dolía mucho por su agarre

Raymond pensó que había escuchado mal, así que prestó atención unas cuantas veces más.

Pero Margaret seguía gritando —¡Pequeño Mudo, corre!

Mientras Raymond se enderezaba lentamente, sus ojos se volvían rojos y complejos, reflejando la indescriptible agitación que sentía por dentro.

Ella ya estab...