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Capítulo 304 Como innumerables hormigas que muerden

Al ver que se iban juntos, el hígado de Margaret comenzó a palpitar con un dolor intenso, como si una mano gigante lo estuviera desgarrando.

Un sabor oxidado llenó gradualmente su boca.

Margaret se apresuró a regresar al baño, se inclinó y escupió un bocado de sangre fresca en el lavabo. Sangre ro...