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Capítulo 279 No hay lágrimas cuando estás triste

Margaret seguía suplicándole a Nancy —Aguanta un poco más, solo un poco más. Ya casi llegamos al hospital. Una vez allí, te podrán tratar.

Nancy asintió con dificultad.

Para evitar que Nancy se durmiera y cerrara los ojos, Margaret comenzó a contarle chistes entre lágrimas.

Los chistes eran realm...