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Capítulo 149 Como si viera a Samuel

Elizabeth ni siquiera giró la cabeza, lavándose las manos con calma.

—¡Oye! —la voz de Laura se volvió más fría, con un tono de mando irresistible—. Me torcí el tobillo. Ayúdame con mi zapato, ¿me oíste?

Elizabeth se enjuagó el sudor de las palmas, mirando a Laura, quien era bastante atractiva, co...