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Capítulo 59 Solo chismes entre nosotros

Victoria sonrió suavemente, sus manos rodeando naturalmente su cuello.

—No tengo miedo, porque estás aquí —susurró.

Alexander rara vez la veía tan directa, y eso hizo que su corazón se acelerara. Sus labios tentadores lo volvían loco, y no pudo resistir besarla.

Cuando sus labios fríos se encontr...