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Capítulo 360 Pidiendo la luna

—No te preocupes, mientras nos mantengamos en silencio, Alexander no se enterará. Conmigo aquí, nadie se atreverá a castigarte —dijo Victoria.

De hecho, Victoria podía conducir perfectamente bien; tenía gran confianza en sus habilidades al volante.

Además, ella conocía mejor que nadie su propia co...