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Capítulo 40 El banco turbulento

—Elbert, ¿a dónde fuiste?

—La señorita Brown acaba de salir y no pudo encontrar al conductor —Carol estaba en la puerta con las manos en las caderas y el ceño fruncido—. Así que, la señorita Brown te castigó haciéndote llevarme a una cita esta noche.

—Lárgate —Elbert sonrió con impotencia, esquivó...