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Capítulo 282 ¿Puedes beber por mí?

El coche de Leo era rosa, lo que encajaba perfectamente con su vibra andrógina.

Elsa se sentó en el asiento del conductor, pensando que Leo se sentaría atrás como el jefe. Para su sorpresa, él se sentó naturalmente a su lado.

—Leo, puedes sentarte atrás y descansar— le recordó amablemente.

—No es...