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Capítulo 4 La boda

Ambos vivían en Zandonick de Donnicia, pero nunca se habían conocido.

Pero Vera había oído el nombre de Patrick hace mucho tiempo.

Patrick tenía 28 años este año, exitoso en su carrera y apuesto en apariencia.

Era el rey económico de Donnicia, controlando innumerables líneas económicas.

Patrick era una figura intimidante para muchos, ¡pero ahora se ha convertido en mi esposo!

Su presencia exudaba una inmensa fuerza, haciendo que la gente se pusiera nerviosa inconscientemente frente a él.

Pero en este momento, parecía que acababa de regresar de un viaje de negocios y no había tenido tiempo de arreglarse antes de la boda.

«El matrimonio parece ser un asunto superficial para él. Parece que también estaba insatisfecho con este matrimonio. Si es así, entonces podemos llegar a un acuerdo.»

Con ese pensamiento, ¡Vera sonrió!

Warren le entregó su mano a Patrick. Las yemas de los dedos de Vera estaban frías por los nervios. Cuando su mano tocó la de Patrick y sintió el calor de su palma, Vera instintivamente quiso retirar su mano.

Patrick actuó rápidamente. Cerró su palma rápidamente, sosteniendo firmemente la mano de Vera.

¡Se miraron a los ojos!

Patrick miró el rostro de Vera. Su mirada recorrió sus ojos, que se asemejaban a los de un ciervo asustado. De repente, ¡una pizca de emoción apareció en sus ojos calmados!

Después de un momento, giró la cabeza, dejando de mirarla.

Sintiendo el calor transmitido a través de las yemas de los dedos de Vera, Patrick pensó con autoironía, «Nunca pensé que me casaría con una chica tan joven.»

En este momento, nadie sabía que Vera, como la futura novia, ¡estaba soñando despierta!

El sacerdote le preguntó: —Novia, ¿aceptas voluntariamente a este hombre como tu esposo, para entrar en un pacto matrimonial con él? ¿Para amarlo, cuidarlo, respetarlo, aceptarlo y serle fiel hasta el final de la vida, sin importar la enfermedad o la salud?

Después de que terminó de hablar, no hubo respuesta en el salón.

El corazón de Vera latía rápidamente. Patrick, que estaba más cerca de ella, notó el significativo subir y bajar de su pecho, dándose cuenta de que no estaba respirando normalmente en absoluto.

Patrick le recordó: —Necesitas responder rápidamente.

Su voz era profunda y magnética, haciendo que Vera inconscientemente apretara el ramo.

Vera levantó la vista y parpadeó con sus ojos llenos de confusión.

Patrick esperó mucho tiempo pero no escuchó a Vera decir "Sí, acepto."

Sintiendo las discusiones en la sala, apretó más la mano de Vera.

Patrick no pudo evitar girar la cabeza para mirar a Vera, que estaba nerviosa experimentando un zumbido en sus oídos.

Patrick entrecerró los ojos y pensó, «Si Vera se atreve a avergonzar a la familia Olteran en la boda, ninguno de los miembros de la familia Linister vivirá.»

Pero no pudo evitar mirar a los ojos de Vera. Sus ojos claros hicieron que Patrick se quedara ligeramente atónito.

Inmediatamente, Patrick extendió su mano libre y apartó un mechón de cabello que había caído sobre el rostro de Vera. Esta acción parecía bastante íntima para los demás.

Sin embargo, en realidad, Patrick mantuvo su distancia de Vera, amenazándola palabra por palabra en su oído: —Si pierdes la concentración de nuevo y avergüenzas a la familia Olteran, ¡a la familia Linister no le irá bien tampoco!

Esas palabras hundieron instantáneamente el corazón acelerado de Vera hasta el fondo del valle. Pensó para sí misma, «¡Sí! Este era originalmente un matrimonio de conveniencia.»

Vera se rió de sí misma con ironía. Esta vez, miró a Patrick con una mirada tranquila.

En voz baja, le susurró a Patrick: —Entiendo. ¡Gracias por recordármelo!

Un aliento cálido rozó la oreja de Patrick al escapar de los labios de Vera. Cuando captó un olor de su fragancia, Patrick tragó saliva y entrecerró los ojos momentáneamente.

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