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Capítulo 83 No dejes que venga a Aurelia

El ruido aquí rompió la tranquilidad del café, y ahora todas las miradas estaban enfocadas en los tres.

Chelsea miró las miradas que venían de alrededor. Sus ojos estaban llenos de desdén y sarcasmo, parecidos a los de monstruos. Sentía como si la estuvieran clavando en el pilar de la vergüenza de ...