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Capítulo 12 Déjate llevar

Aurelia no pudo evitar encoger el cuello, y la sensación de hormigueo en sus oídos se extendió instantáneamente por sus extremidades.

—Señor Heilbronn, estamos divorciados. No podemos compartir una habitación, y mucho menos una cama. Por favor, regrese al dormitorio principal. La cama aquí es demas...