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Capítulo 391 Anhelando el sol

Tarde en la noche, tres personas estaban profundamente dormidas en la cama.

El rostro de Shirley estaba pálido como un fantasma, sus cejas fruncidas y el sudor perlaba su frente.

Sus labios secos temblaban, susurrando: —Papá, lo siento. Perdóname.

De repente, los ojos de Shirley se abrieron de go...