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Capítulo 256 Los deseos de Adam se hacen realidad

—¿Qué? ¿Un año? —gritó Adam—. Alexander, olvídate de un año. Ni siquiera puedo aguantar un mes. Por el bien de los dos niños que están por nacer, por favor deja de torturarme.

Alexander peló un plato de nueces y se las llevó con entusiasmo a Lillian. No olvidó preguntarle a Adam—. Ya que no quieres...