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Capítulo 151 Ser la almohada de Alexander

Lillian fue atraída hacia su abrazo, sus ojos se abrieron de asombro, su corazón latiendo como un tambor.

—Alexander —susurró—, solo somos nosotros. No hay necesidad de fingir.

Alexander apoyó su barbilla en su cabeza y se rió.

—¿Para quién estaría actuando si solo estás tú aquí?

Lillian vaciló ...