Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 104 Citas en un restaurante

—¡Esto no es una preocupación, es una orden! —dijo Alexander fríamente y sin piedad—. Apúrate y come. Cuando termines, nos vamos a casa.

Lillian había preguntado casualmente, «¿Cómo podría él preocuparse por ella?», pensó.

De repente se sintió tonta. Sería mejor no hacer ese tipo de preguntas en e...