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Capítulo 168 Por qué no simplemente decirle

Isabella se sumergió en la bañera, perdida en sus pensamientos.

Nina, preocupada de que pudiera hacer algo drástico, se quedó cerca.

Después de media hora, Isabella finalmente rompió el silencio.

—Nina, Raymond no me hizo nada, ¿verdad?

Isabella tenía una corazonada. No había marcas en su cuerpo...