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Capítulo 50 Cuyo coche estaba bloqueando el camino

¡Dios mío!

¡Qué fuerza de dedos tan asombrosa!

Todos los que presenciaron esta escena no podían creer lo que veían.

Un diamante valorado en millones, reducido a polvo por James.

Todos deberían saber que incluso si un martillo lo golpeara, un diamante no se vería así.

La mirada de todos los pres...