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Capítulo 20 Declaración de guerra

Quentin soltó una risa sardónica.

—No tenía idea de que Lauren fuera tan ambiciosa. Está bien, Tío Robinson, déjala trabajar si quiere. Solo no le digas que vine por la villa hoy.

El frío que rodeaba a Quentin era palpable, y el mayordomo sabía que debía haber estallado una discusión entre la pare...