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Capítulo 232 ¿Su hijo?

Los ojos oscuros de Robert eran tan afilados como una hoja, cortando la ropa desgarrada de Molly.

Se agachó, sus fríos dedos rozando la piel magullada de ella, y de repente presionó con fuerza.

Molly gritó, su rostro pálido como una sábana.

Robert no la soltó. —¿Tan ansiosa por sexo que dejas la ...