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Capítulo 188 Se lastimó por mi culpa

Harper sostenía su espalda, su rostro pálido de miedo, su voz ahogada por las lágrimas.

—¡Francis, quédate conmigo! ¡No me asustes!

La sangre seguía fluyendo de su pecho, y la pérdida excesiva de sangre hacía que su rostro apuesto estuviera inusualmente pálido.

Harper estaba en un pánico extremo,...