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Capítulo 300 Creo en Gabriel

Después de gritar, Diana estaba muy alterada, pero Jessica se mantuvo tranquila como un pepino.

Su rostro no cambió en absoluto, y era la imagen de la calma.

Cuanto más tranquila estaba Jessica, más enojada se ponía Diana. Diana gritó: —¡Di algo! ¿Por qué estás tan callada?

—Jessica, debes estar ...