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Capítulo 28 El divorcio acordado

Gabriel acababa de abrir la puerta cuando, de repente, con un fuerte golpe, Oscar gritó al ser golpeado por la puerta.

Viendo el estado furioso de Gabriel, Oscar pensó que se había metido en problemas por entregar la medicación tarde. Rápidamente suplicó su caso:

—Gabriel, no es mi culpa, la señor...