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Capítulo 169 Cuida bien a tu esposa

Los dos ni siquiera buscaron un café; simplemente se quedaron junto al coche.

Gabriel encendió un cigarrillo, apoyándose perezosamente contra el coche. A través de la neblina de humo, habló primero:

—¡Tú primero!

Una frase corta, pero su actitud imponente era inconfundible.

Si hubiera sido cualq...