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Punto: Tres treinta y tres

Salió cojeando del instituto y se detuvo, mirando la astilla de madera en su pierna.

«Tienes que quitarla si quieres que la cure», dijo Isa.

—Mierda —susurró, y la tocó. Un dolor agudo recorrió su pierna, y hizo una mueca—. Oh, dioses. —Dot respiró hondo y la agarró, tirando ...