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Dot: Déjalos sufrir

Después de que el monstruo abandonó el carruaje, había caos a su alrededor, pero ella no lo veía.

—¡Aguanta! ¡Aguanta, cariño! —suplicó a Vivian, cuyos ojos se habían cerrado—. ¡La abuela está viniendo!

Como si la hubiera invocado, Eris apareció en la puerta—. ¡Vivian!

Dot jadeó, conteni...