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Jillian: Huele a espíritu escolar (Segunda parte)

—¡Malditos dioses! —siseó ella, girándose y golpeándolo con todas sus fuerzas en el brazo.

Él gruñó—. ¡Mierda! —mientras ella se levantaba de un salto antes de perder el primer verso o su determinación.

—¡Salud por el oro y el negro! ¡Guerreros, tan valientes somos! ¡Escuchen, ahora, esta canción ...