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Jillian y Odin: Un agradable paseo por el campo (segunda parte)

La puerta de salida de Emerald se alzaba frente a ellos, y Henry se detuvo. A unos quince centímetros de ella. Una vez más, el taxi quedó envuelto en silencio mientras esperaban. Un guardia de Emerald se acercó, con su arco tensado y una flecha apuntando a la puerta del conductor hasta que se dio cu...