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Capítulo 605

La cara de Yael estaba llena de malicia.

—Recuerda, Zoya. ¡Nunca te entregaré a Ragib!

—Suéltame... suéltame —Zoya agarró su mano—. ¡Entonces también te diré que no me gustarás ni aunque me muera!

La expresión de Yael cambió. De repente la agarró y la levantó del asiento.

—¿Qué dijiste? ¿Sabes c...