Una aventura multimillonaria de una noche

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Cuando salió de la sala, las manos de Yara temblaban mientras servía agua en la sala de té.

Al pensar en las palabras de su madre, no podía calmarse, porque sentía que no había hecho lo suficiente. También se odiaba a sí mismo por no poder hacer nada respecto a la enfermedad de su madre. No podía i...