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Capítulo 1568

Qué bendición... Nia estaba sudando profusamente.

Sin embargo, estas palabras la hicieron feliz. Siempre era una alegría ser reconocida. Miró el pastel y dijo:

—Bueno, Joven Amo, creo que no puedes comer tanto. Le preguntaré al Sr. Ali si quiere comerlo.

El sirviente a su lado pareció notar algo ...