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Capítulo 1425

—Madre. —Nangong enterró su rostro en sus manos y se apoyó en su hombro. Comenzó a llorar de alivio—. No te enojes. La joven señora debe haberme malentendido. Por eso...

La Reina la acarició reconfortantemente y continuó:

—Joven señora, estoy muy triste por la herida en tu rostro. Fuiste secuestra...