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Capítulo 1256

—¡Charlie! —gritó la reina descontroladamente—. Demonio arrogante e indiscreto, escúchame bien. Ya que no puedes ser el rey, nunca será tu turno. Yo solo...

El rostro de la reina se volvió cada vez más pálido. De repente, su cuerpo, que se apoyaba en un bastón, tembló y cayó al suelo.

—¡Su Majesta...