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«Seré lo que necesites que sea».

En ese momento, todos estaban en silencio, nadie decía una palabra y eso me estaba matando. Justo cuando pensé que iba a caer, sentí unas manos tocándome, estabilizándome. Cerré los ojos al oler el aroma que venía de la persona que se había convertido en mi sustento, y mentalmente le agradecí por el...