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Capítulo noventa y dos

Era el turno de Izabella de hacer una pregunta.

—¿Hay algo más que deba llevarme de esta habitación?

Eudom se tocó la barbilla como si estuviera pensando. Agarró un par de libros encuadernados en cuero suave y los colocó junto a la caja que había sacado del cofre de armas.

—Sí, los diarios de mi ...