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Capítulo ochenta y cuatro

Izabella tenía los brazos cruzados mientras miraba por la ventana. Estaba tan cansada, pero estaba esperando al nuevo pastor de la iglesia para reunirse con él en la oficina común. Iz le preguntaría si podía quedarse aquí con los niños por un tiempo. No estaba segura de cómo explicaría por qué neces...