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Capítulo setenta y ocho

Bram estaba a su lado en un instante. Izabella encendió las luces, pero él inmediatamente le ladró:

—¡Apaga eso! No necesitamos que nadie nos vea aquí.

Ella se sobresaltó, pero se quedó en silencio, observando cómo Bram levantaba a Gavin en sus brazos. Hizo que los niños se acomodaran, pidiéndole...